Suramérica
República de Guyana
Independencia: 26 de mayo de 1966
Superficie Total: 214 969 km². Población: 743 699 habitantes (2022).
Capital: Georgetown.
Guyana
País situado al noreste de América del Sur, bañado por el océano Atlántico, limita al oeste con Venezuela, al sur con Brasil y al este con Surinam.
Hay muchas maravillas que se esconden en este pequeño territorio cubierto en su mayoría de bosque, que alberga atractivos naturales como la caída de agua más alta del mundo, exótica fauna y culturas ricas en historias y mitos.
Capital: Georgetown 220.000 h.
la capital de la República Cooperativa de Guyana. Situada frente al océano Atlántico, en la desembocadura del río Demerara, se trata del centro económico y administrativo del país. Alberga la Universidad de Guyana y la catedral de Saint George, un excelente ejemplo de la arquitectura de la era victoriana.
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Linden
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New Amsterdam
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Corriverton
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Rose Hall
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Skeldon
Regiones administrativas de Guyana
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Barima- Waini,
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Pomeroon-Supenaam,
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Islas Esequibo-Demerara Occidental,
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Demerara-Mahaica,
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Mahaica-Berbice,
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Berbice Oriental-Corentyne,
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Cuyuni- Mazaruni,
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Potaro-Siparuni,
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Alto Tacutu- Alto Esequibo, y
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Alto Demerara-Berbice.
Patrimonio Mundial (Propuesto)
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Bien cultural
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Propuesto en 1995
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Fuerte Zeelandia (incluido el patio del edificio de policía)
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Bien cultural
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Propuesto en 1995
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Catedral Anglicana de St. George
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Bien cultural
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Propuesto en 1995
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Shell Beach (Almond Beach) Costa Essequibo
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Bien natural
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Propuesto en 1995
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Estructura de plantación de Georgetown y edificios históricos
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Bien cultural
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Propuesto en 2005
Se dice que aún hoy la antigua Guayana Británica, que se independizó en 1966 y tomó el nombre de Guyana , es “la Cenicienta” del turismo sudamericano. Y eso ocurre a pesar de su rara geografía, digna de una novela de Joseph Conrad: arranca con playas desiertas, manglares y pantanos que luego –hacia el interior del país– se transforman en selvas tropicales, llanuras y montañas al borde del Amazonas. Es verdad, hacer turismo en Guyana no es barato, faltan buenas rutas asfaltadas –salvo en el litoral, sobre el océano Atlántico– y por eso lo habitual es volar en avioneta, o remontar los ríos en barco. Pero sólo aquí es posible observar 500 especies de aves en un mismo sitio, el parque nacional Iwokrama. O acercarse a la catarata más alta del mundo, Kaieteur Falls, de 226 metros de altura (ver Imperdible ). O ver raras especies de tortugas marinas mientras anidan en las playas de Shell Beach. O asombrarse en Georgetown –la capital– ante la arquitectura colonial en madera, con edificios como la catedral de Saint George y el mercado Stabroek Market.
Guyana es una rareza geográfica y cultural ubicada en el norte de Sudamérica , bordeada por Venezuela, Brasil, Surinam –antigua Guayana Holandesa– y el Atlántico. Por su diversidad cultural es “la tierra de los seis pueblos”: entre sus 750.000 habitantes hay bisnietos de hindúes, africanos, chinos, europeos e indígenas, pero todos hablan inglés y el deporte nacional es el cricket. Es una cultura muy caribeña, con un pasado ligado a los colonizadores holandeses y británicos, que desde el siglo XVIII se disputaron la región e importaron esclavos de Africa para instalar, aquí, plantaciones de caña de azúcar. En 1814, las colonias holandesas de Essequibo, Demerara y Berbice fueron cedidas a Inglaterra y así nació la Guayana Británica.
Exploradores y escritores, desde Sir Walter Raleigh y Charles Darwin hasta Evelyn Waugh y V.S. Naipaul, se fascinaron con este rincón donde nació la leyenda de Eldorado. Arthur Conan Doyle se inspiró en los 2.700 metros de altura del misterioso monte Roraima –en el límite con Venezuela y Brasil– para escribir en 1912 El mundo perdido , que habla de las extrañas flora y fauna del lugar.
Para los indios Arawak que vivieron aquí desde siempre, la región que se extendía entre los ríos Orinoco y Amazonas siempre fue “las Guayanas”, es decir, “la tierra de las aguas abundantes”, por sus innumerables ríos.
Con sus 215.000 km cuadrados de superficie, Guyana tiene mucho espacio, pero la mayoría de la población vive sobre la costa atlántica, en Georgetown y en pueblos cercanos, como New Amsterdam, Anna Regina, Bartica o Linden. En el interior del país sólo hay aldeas indígenas, estancias ganaderas, campamentos de leñadores y mineros. Kirk Smock cuenta en la prestigiosa guía Bradt dedicada a Guyana que aquí se identificaron 225 especies de mamíferos, 880 de reptiles y anfibios, 810 de pájaros y 6.500 de plantas.
Entre ellas hay algunas de las especies más notables de Sudamérica: el caimán negro, la serpiente anaconda, el roedor capibara, la nutria de río, el jaguar y el ocelote, además de osos hormigueros, murciélagos y tortugas de río. Por todo esto es que el país se ganó un sitio en el mundo del ecoturismo, aunque no faltará quien asocie a Guyana exclusivamente con la masacre de Jonestown –a unos 15 km de Port Kaituma, al noroeste del país– ocurrida en 1978, cuando 913 personas se suicidaron en masa a pedido de su líder, el místico religioso estadounidense Jim Jones. Hoy no hay nada para ver en aquella zona, porque en estos años la selva cubrió los restos del antiguo campamento de Jonestown.
Dado que la gran mayoría de los turistas llega a Guyana en busca del paisaje agreste de su interior –las montañas Kanuku y el monte Roraima, las aguas de Kaieteur Falls, los bosques de Iwokrama, la sabana de Rupununi–, vale saber que estas zonas son más accesibles por tierra en la estación seca. Aquí sólo hay dos estaciones al año: la lluviosa, de mayo a agosto –y de noviembre a enero– y la seca, en los meses restantes.
Un tour típico al interior del país es el Pakaraima Mountain Safari (se hace en marzo). En su recorrido se pasa por los remotos saltos de agua Orinduik Falls y se acampa en aldeas indígenas, pasando por sitios como Rockview –una típica estancia ganadera con hotelería en plena selva– y la reserva de Iwokrama.
Georgetown y sus alrededores también son atractivos. Un paseo en barco por el río Essequibo lleva hacia Fort Island, donde se conserva una fortaleza holandesa de 1744. En el río Demerara, en Plantation Diamond, se pueden visitar destilerías de ron –como la Demerara Distillers–, donde se cuenta la historia de tres siglos de esta bebida caribeña. Entre la arquitectura colonial en madera de Georgetown sobresalen el City Hall, de 1889, la Red House, de 1925, y la catedral de Saint George, terminada en 1894 en estilo gótico. De 1877 es Castellani House, que hoy aloja la National Art Gallery –un buen museo de artes plásticas–, mientras Umana Yana es el edificio dedicado a la herencia indígena, donde se venden artesanías. Los sábados vale probar la visita al Stabroek Market –un edificio de hierro que data de 1881–, donde abundan las ofertas y los personajes populares.
Y no se pueden obviar las fiestas. Mashramani es el carnaval local: coincide el 23 de febrero con el día de la independencia y miles de bailarines en las calles. En marzo llega el festival hindú de los colores, Phagwah. Y septiembre es el mes de homenaje a la tradición indígena.
A finales del siglo XVI, la región de la actual guyana fue explorada por españoles, los neerlandeses e ingleses, siendo estos últimos los que se hicieron con el control en 1796.
Posteriormente, en el año 1831, la administración británica fusionó sus tres colonias (Esequibo, Demerara y Berbice) para convertirse en la Guayana Británica.
Lucha por la independencia
En el proceso de independencia, jugó un papel esencial Cheddi Jagan, de origen indio, quien fundó en 1951 el Partido Progresista Popular (PPP) y se convirtió en Primer Ministro en 1953 hasta el año 1961.
Dicho partido logró canalizar las los ideales independentistas que había surgido en el país a través de un programa de independencia nacional y mejoras sociales, que a largo plazo conllevarían a un trasformación socialista de la sociedad.
La Guayana británica fue gestionada como colonia hasta 1953, luego de que su Constitución le concedió autonomía política y un Gobierno electo.
Reino Unido en ese momento se encontraba inquieta por un posible golpe de Estado comunista, por lo que suspendió la Constitución liberal, se tuvo que esperar hasta 1957 para que nuevas elecciones llevaran al poder a Jagan.
El PPP tenía dificultades, de hecho, se había escindido en dos, y apareció un nuevo partido, el Congreso Nacional del Pueblo (PNC, por su siglas en inglés) dirigido por Forbes Burnham.
El dirigente Jagan destaca como representante de los indios, mientras que Burhanm era el de la minoría africana.
Un tercer partido apareció, el llamado movimiento blanco de la Fuerza Unida (United force), dirigido por Peter d'Agniar.
Debido a la sucesión de hechos violentos por parte de sectores autonomistas, el gobierno británico encargó entonces a Forbes Burnham para formar un gobierno de coalición.
Sin embargo, la presionan hacia Gran Bretaña lo lleva a conceder la independencia del país el 26 de mayo de 1966, en el seno de la Mancomunidad de Naciones del Commonwealth.
Para el 23 de febrero de 1970, el país devino en la "República cooperativa" de Guyana.
Posteriormente, el PNC ganó las elecciones en 1973 y en 1980, pero el PPP no estuvo de acuerdo con los resultados. Burnham fue llevado nuevamente al poder como primer ministro y luego como presidente.
De acuerdo a historiadores, Burnham dirigió progresivamente su gobierno hacia un régimen autoritario, que no alcanzó lograr las bases de un desarrollo económico satisfactoria en la nación.
Símbolos Nacionales
Guyana en el siglo XXI
Localizada en el norte de América del Sur, Guyana tiene una historia marcada por intensos flujos migratorios y luchas sociales. Africanos, chinos, hindúes, portugueses y colonizadores europeos (ingleses, holandeses y franceses) llegaron en gran número y se dedicaron a distintas actividades. Sólo para tener una noción de ese flujo, se calcula que el 50% de la población guyanesa es descendiente de hindúes del este, caso único en un país del continente. Actualmente Guyana es uno de los países que presenta mayor diversidad étnica de la región. Es el único país anglófono de América del Sur, y en el área continental latinoamericana sólo comparte esa peculiaridad con Belice, de América Central. Asimismo, en Guyana también se habla hindi, urdu y varias lenguas amerindias.
Guyana ingresó al nuevo siglo marcada por fuertes contrastes. Según datos de la CEPAL (2005), la expectativa de vida es la segunda más baja de América Latina, con 63,2 años, sólo superada por Haití, con 59,2 años. La tasa de mortalidad infantil también está entre las más altas: 72 por mil nacidos vivos, superada sólo por Haití (123 por mil). Vale señalar que el promedio latinoamericano es de apenas 34 por mil. Por otro lado, el analfabetismo es prácticamente inexistente, sólo el 1%, por debajo de países notoriamente letrados como Uruguay (2,0%) y Cuba (2,7%).
En el plano económico, tras el crecimiento de los años 90 hubo un nuevo estancamiento, causado por el deterioro del precio de los commodities y la valorización del petróleo. De ese modo, las actividades agrícolas, principalmente en función del arroz y la caña de azúcar, continúan representando cerca del 35,4% de la composición del PBI. La actividad minera representa aproximadamente el 10,9%, gracias a la bauxita, que continúa nacionalizada, y a la producción de oro y diamantes (CEPAL, 2002).
En 2015, el Partido Progresista del Pueblo (PPP) ya llevaba veinte años ininterrumpidos en el poder. La leyenda disfruta de gran popularidad en la comunidad hindú, que ejerce gran influencia cultural y política en Guyana y compone la mayoría de la población. Así, Bharrat Jagdeo, de ascendencia hindú, fue elegido en 1999, reelegido en 2006 y gobernó hasta 2011, cuanto entregó la banda presidencial a Donald Ramotar, secretario general del PPP desde 1997.
Guyana es uno de los países más pobres de América Latina. Su ingreso Nacional Bruto (INB) per cápita es de US$ 3.750 y la expectativa de vida ronda los 66 años (datos del Banco Mundial, 2013). Eso explica actitudes como las del presidente Jadgeo, quien en 2007 envió una carta al primer ministro inglés proponiendo que Inglaterra asumiera la protección de las selvas de Guyana ‒20 millones de hectáreas de selva amazónica‒ a cambio de recibir financiamiento para el desarrollo del país. La oferta llegó incluso a ser discutida en el Parlamento, pero no tuvo una respuesta oficial.
Las relaciones entre Brasil y Guyana crecieron a partir de 2009 con la inauguración del puente sobre el río Takatu, construido con el apoyo del gobierno brasileño; se trató de la primera vía directa entre los dos países. Así, el comercio bilateral llegó a US$ 28,36 millones en 2010, aumentando a 45,6% en relación con 2009. En 2010, Brasil aprobó unilateralmente la concesión de una alícuota cero para los productos guyaneses.
Además, el gobierno de Guyana negocia dos proyectos importantes con Brasil. Uno de ellos consiste en la pavimentación de 450 kilómetros de la ruta que une Manaos con el Puerto de Georgetown. El segundo es la construcción de un puerto de aguas profundas en New Amsterdam, a 150 kilómetro de Georgetown. El gobierno brasileño estudia también la construcción de dos hidroeléctricas en territorio guyanés, ambas en el río Mazzaroni. Las usinas generarán 4.500 MW conjuntamente y la energía será comprada por Brasil para abastecer Roraima y Amazonas.
Muy pronto, el proceso electoral de 2011 en el que ganó Donald Ramotar estuvo acompañado por una comisión de la Unión de las Naciones Sudamericanas (Unasur), organismo que Guyana integra desde 2010, respondiendo al pedido de los candidatos para garantizar la trasparencia del proceso. El gobierno Ramotar redujo la deuda externa a la mitad y aumentó las reservas internacionales. Finalmente, en 2013, el país se convirtió en miembro asociado del Mercosur.
Por otro lado, objeto de disputa entre Venezuela y Guyana desde el siglo XIX, la región de Esequibo, rica en recursos minerales y que ocupa dos tercios del territorio guyanés, fue reclamada nuevamente, esta vez por el presidente Nicolás Maduro. Los dos países mantienen convenios de cooperación bilateral y la cuestión no ha comprometido las buenas relaciones entre los presidentes. Esperan conocer la posición de la ONU para decidir sobre esta disputa territorial.